viernes, 13 de mayo de 2011

Carmelo se preguntó una noche cerrada de niebla donde las luces de la ciudad a los lejos tiritaban si todos los finales se escriben con sangre...y buscando una respuesta que no encontró cerca de su mano se sirvió un vaso rancio de alcohol y se durmió.



Un rancio olor a final con el cuerpo desencajado.

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