domingo, 24 de julio de 2011

Entiendo que lo único que puede salvarme
lo que puede realmente mantenerme de pie
ante el vacío: No son tu ojos,
ni las posteriores adjetivaciones
que construirás delante del camino de tu Mirada.
No, eso no.
lo único que puede mantenerme en el centro
en el eje constante de mi maquinaria diaria
paulatina y rutinaria
es cierto olor a rancio en esta habitación de cartón,
cierto despliegue de hojas numeradas y amarillas de nuestro libro
cierto roce furtivo nocturno con las hojas del otoño
cierto cerramiento en el pecho cuando la neblina se apodere de mi encierro
una copa trastocada y llena de huellas dactilares,
sucia la copa y pesada llena de un vino agrio servido en el olvido
una copa con tus labios rotos y complejos
Entiendo que lo único que puede situarme ante
los póstumos recuerdos son aquellas calles donde éramos
cuatro piernas, cuatro brazos, cuatro manos
cuatro ojos multiplicados
dedos que se esparcen sin verguenza por el uno y por el otro
dentro de un hotel perdido como un punto en la ciudad páramo
lo único que puede situarme digo:
No es tu recuerdo inmóvil
ni éste sentir todavía caliente sobre las sábanas
húmedos los dos.
Lo único, decía, que puede y  que debería,
No son tus ojos. No
pero toda imagen, todo recuerdo, todo pasado
irremediablemente se diluye como la nieve que cae
y se convierte en agua
y que a la larga se evapora
se retira sabiamente hacia la invisibilidad
entiendo que lo único que puede salvarme
No son tus ojos. No, no son tus ojos.
 

lunes, 18 de julio de 2011



Colgado del cuello a una soga de frente a quién dice /Amor
con frecuencias inhóspitas cuando deletrea la palabra A n s i e d a d que lo corroe

Volando a su cántaro pájaros danzantes al paseo de las luces
encontrarnos de pronto a lo lejos y perdidos hablando del tránsito de nuestros sueños claudicar
en la fantasía marginal inapropiada inexistente de llamar al Deseo
Pulsión inagotable.

viernes, 1 de julio de 2011

La mirada


Una turbulencia recíproca
y habitual
cenizas de un des-consuelo
que desespera en miradas
y que caen como copos de nieve
gris
destruyendo
a todo paso
la divinidad
de nuestro pasado paisaje.
Un cuento contado por diez años
pasillos roncos apretados
en departamentos de parquet
fuiste mi ciudadana
pero también la más hermosa guardiana
de mis días formidables.

Vos : Natalia
socialmente estupenda
regada de miradas
de amistosas miradas infantiles
de alientos en miradas risueñas
de celos en miradas desafiantes
de ciclos en miradas de nuestro pasado
tan en
común. Consecuente. Ilustrando al amor.
En los días de mi vida fuiste Amor.

en la mirada.

Y queda inconcluso mi desierto
sin tu mirada revoltosa.
maravillosa /
e insistente en la mirada. Porfiada sutil siempre en la mirada.

Una turbulencia recíproca
y copos de nieve gris

cenizas del Amor. En tu mirada.

Y un amor hecho cenizas de un fuego que quemó.