miércoles, 15 de diciembre de 2010

Phantoma

En algún momento te sentaste suntuosa a mi lado
Desidia, indiferencia, sentimentalismo
La noche gemía fuerte en mis oídos
Aturdido

La mirada se oscurece y por un momento se pierde tu figura
Percibo el arquetipo, las formas, todo se basa en la combinación geométrica
Entro de nuevo al recuerdo,
La imagen es confusa,
De un gris que de a poco va transformando mi rostro
La cama no es la misma, la habitación esta totalmente demacrada
Estas esperándome desnuda, solo cubre una sabana tu cuerpo
No hablo, solo me limito a observarte tímidamente
Me miras tan triste que tus ojos me conmueven
Luego me veo solo.
Es de noche.
Tal vez te ocultes en la penumbra

Te cuento todo, te grito, me ofusco
“La vida es un instante, no lo prolongues”
Ella ríe, mientras me pide que la salve
Me dice “sécame lentamente en este recuerdo, todo necesita fuego”
En ese momento miro el suelo cubierto de agua, miro mis pies debajo de las oscuras aguas
Practico la sentencia que entonaron los reclusos, los mendigos, los estafadores, los amantes
“olvido”
En ese instante todo se llena de fuego, siento mis pestañas secarse y poco a poco doblegarse ante la combustión.

Me asfixio, todo es fuego.

Practico la tentativa absurda de mirarla, pero me contengo. Así fue una vez y todo volvió a recomenzar.


…Nada ocurre. Todo se repite eternamente. Sabiendo el resultado tente al destino. Somos seres presos de una trama de sucesos desgraciados. Quien tiene como única virtud el amor al prójimo se desvanece con la ausencia de esta tercera persona. Si las premisas son verdaderas, la conclusión es necesariamente verdadera. Así todo acaba (o comienza)…

Ahora soy tierra sucia que cabalga sobre el agua, deslizándome sobre los pequeños pies de una niña, en el recuerdo de un fantasma.

Julián

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