Ya pasó el tiempo donde todo Era más simple en el transcurso de los días
Ya pasó el tiempo donde con Pietro Nos levantábamos todas las mañanas
Y recorríamos la campiña Siempre observando la salida del sol detrás de la colina
Hasta llegar a los viñedos de papá, sus nogales y sus olivos.
Pietro era un buen padre, más alto de lo normal, porque era francés
Y no italiano.
Aunque si alguien le recordaba que era francés lo abrazaba bien fuerte, tan fuerte,
Que todos entendían que no tenían que recordárselo nunca más.
Pietro era un buen padre, preparaba café con leche de cabra y pan con queso
Y antes de salir nos mojábamos los labios con un Canciani
Ese sorbo me despertaba de golpe,
Me hacía salir al mundo como si fuera un gladiador romano.
Ave Caesar, morituri te salutant
Ya pasó el tiempo En que en el atrio sereno de la inocencia
Iba conformando mi mirada como un niño, un niño que ya no soy,
Pero que también pudo ser lenguaje y no serlo
Y como aquel niño que fui iba encadenando palabras sin saberlo
Entre mañanas de trabajo con Pietro y con los juegos me salpicaba
De tierra, de sol, de agua. Y de memoria.
Ya pasó el tiempo en que con una vieja pelota de trapo
Iba entendiendo la mecánica del mundo.
Ya pasó el tiempo querido Pietro padre.
Ya pasó el tiempo y te recuerdo sentado aquí en el Museo delle Carrozze
Observando éstas máquinas agrícolas viejas y corroídas y oxidadas.
¿Qué es el tiempo Padre? ¿Quién mide el tiempo Padre?
¿Quién dice cuando esto sí y cuando esto no?
¿Quién dice Padre? ¿Dios desde la cruz de tu escritorio de noche?
Encadeno sentimientos Voy templando el carácter
Para ser yo mismo Padre
Y consciente de la utopía corrijo a cada paso lo no dicho todavía
Me esmero Padre por entender, por ocultar
Me esmero por recorrer desde lo nuevo los caminos
Tantas veces recorridos. Disimulo tu presencia en este espacio
Y voy encadenando sentimientos
Voy templando el carácter Padre para cuando llegue ese día
En que el mundo no oiga mi perfecto Silencio.
Ya pasó el tiempo Pietro y hoy cumplo la misma edad
Que usted tenía cuando nos dejó Padre.
Y no puedo evitar mirarlo desde este banco sentado quieto y recordando
Recordarlo como el buen padre francoitaliano que siempre fué y será.
Ya pasó el tiempo padre y aquí estamos sentados
Esperando encontrarnos de nuevo recorriendo
Los viñedos, los olivos, los nogales en nuestro perfecto
Silencio.
Ave Caesar, morituri te salutant
Carmelo H. Lumiére
Antología poética italiana de fin de siglo. 1998 Eunuco verde ediciones.
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