
Primero una infancia sin lindes y sin
renuncia ni meta. Oh delicia inconsciente.
De pronto miedo, barreras, escuela, vasallaje
y caída en la tentación y la pérdida.
Terquedad. El doblegado se torna doblegador
y venga en otros su propia derrota.
Amado, temido, salvador, batallador, vencedor
y dominador, sin pausa ni descanso.
Y luego a solas en lo lejano, liviano, frío.
Pero en el fondo de la figura erguida
tomar aliento en busca del Primero, Antiguo...
Y en eso saltó Dios de su escondite.
Poema: Rainer Maria Rilke.
Foto: Pablo Picasso
1 comentario:
En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Pablo Neruda
Hay un blog esperandonos...
Publicar un comentario